lunes, 28 de septiembre de 2015

Jueves 1º: Citizenfour

Amig@s,

Los esperamos este próximo Jueves 1º de octubre con la segunda entrega del ciclo Whistleblowers: derecho a la información.

En esta ocasión les presentamos el documental CITIZENFOUR (Laura Poitras, 2014, EU-Ale-RU, 114'), sobre las filtraciones que le hizo llegar el analista Edward Snowden a la autora del documental. Estas filtraciones revelan el programa de espionaje que el gobierno estadounidense ha desarrollado tanto en su país como en el resto del mundo y a través del cual ha penetrado en la vida privada de gobernantes y ciudadanos con el pretexto de la "seguridad nacional", paranoia de control que se desató después del 9/11.



JUEVES 1º DE OCTUBRE, 2015

CITIZENFOUR
(Laura Poitras, 2014, EU-Ale-RU, 114 min.)

20:00
Entrada libre

Pandeo
Miami 27, col. Nápoles, México, DF

No se pierdan esta importante obra, y recuerden que en El Grito Cineclub ofrecemos un servicio de cafetería.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Los años de Fierro

por Lila Nieto
Butacas: 14
Registro fotográfico: Jesús Díaz

Invitados: Santiago Esteinou
Alex Pedraza

El filme que vimos el jueves, Los años de Fierro (2013, Mex-Can-Eu-Ale, 105'), narra la historia y circunstancias de César Fierro, un mexicano que lleva más de 30 años esperando ser ejecutado en Texas por un crimen -el asesinato de un taxista en El Paso- que muy probablemente no cometió. El documental entrelaza entrevistas con César y charlas con su hermano menor, Sergio, que vive en Ciudad Juárez. Esta obra es la tesis de maestría en cine documental de Santiago Esteinou, posgrado que estudió en la Universidad Temple, en Filadelfia, Estados Unidos, después de haberse graduado del Centro de Capacitación Cinematográfica en México.

Originalmente, él quería hacer un documental sobre el "Caso Avena", que formalmente se llama Avena y otros nacionales mexicanos. Se trata de un caso que inició el gobierno mexicano en contra del gobierno estadounidense ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de Naciones Unidas en 2003 por condenar a la pena capital a 54 mexicanos sin haberles informado de su derecho a obtener asistencia consular al momento de ser aprehendidos para garantizar su debida defensa. A pesar de que en la mayoría de los casos "las autoridades policíacas y judiciales sabían con certeza la nacionalidad mexicana de los detenidos, los consulados de México tardaron entre uno y cinco años en enterarse de la detención. Los procesos penales que los llevaron al callejón de la muerte duraron, en muchos casos, entre uno y cinco días." El caso Avena se refiere también a "personas que no hablaban inglés, que no entendían las leyes americanas y no tenían recursos para conseguir un buen abogado".

En 2004, la CIJ concluyó que en 51 de los casos, excluyendo aquellos de César Roberto Fierro Reyna y otros dos connacionales, Estados Unidos había violado su obligación fijada en la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. En lo referente a César Fierro y dos mexicanos más, la violación fue, además, al no permitir una revisión y reconsideración de sus condenas y sentencias. Como reparación, Estados Unidos debería proveer revisión y reconsideración de sus condenas y sentencias, además de implementar medidas específicas que garantizaran que estos actos no se repitan." A la fecha, el gobierno estadounidense se ha negado a acatar el fallo de la Corte Internacional, alegando que hacerlo sería una violación a su soberanía. Texas ya ejecutó a José Ernesto Medellín Rojas en 2008, a Humberto Leal García en 2011, y a Edgar Tamayo Arias en 2014, pese a que la Corte Internacional dictaminó detener las ejecuciones.

Se le llamó Caso Avena por Carlos Avena Guillén, el primero en la lista, quien fue arrestado por asesinato, sentenciado a muerte y ejecutado en California a los 19 años de edad en 1982, de lo cual las autoridades consulares mexicanas se enteraron once años más tarde.

Esteinou quería originalmente hacer un documental "de 54 historias chiquitas" sobre todos los mexicanos del Caso Avena. Sin embargo, "esto iba a ser demasiado complicado", nos explicó. "Fui a Canadá a ver a un abogado que tenía mucha información al respecto y, al revisar el material, me interesó el caso de César Fierro por diversas razones, empezando por su muy posible inocencia, además de que es el que lleva más tiempo" esperando su ejecución, más años de los que el documentalista tiene de vida. Con esta obra, Santiago Esteinou logra reconstruir no sólo la tragedia legal de César Fierro a manos de un sistema social y de justicia perverso, que ha destruido a toda su familia, y a la familia del taxista asesinado. Los años de Fierro busca la humanidad destruida de un hombre y, quizás, es también un intento por reconstruir a esa familia. El documental es sensible, honesto y de gran importancia social y política.

Sobre el papel del director en una obra documental, una persona preguntó, "Pero, sí dirigiste a los que aparecen, ¿verdad?" "Bueno, sí se debe construir cinematográficamente el documental, pero sin manipular", respondió nuestro invitado.  "Por ejemplo, si una toma entera sale fuera de foco, pues sí le pides a la persona que repita la toma." Santiago contó que en algunos festivales en Europa en los que ha presentado esta película la gente no creía, por ejemplo, que el hermano del sentenciado, un indigente que duerme bajo los juegos mecánicos de una feria de Ciudad Juárez, tuviera la costumbre de arreglarse en la gasolinera cada mañana antes de empezar el día, como aparece en la película. "Decían que lo ayudamos a que se bañara. Pero Sergio no es sucio", aseguraba Esteinou, "eso es más un estado mental que económico." Sergio, el hermano, tiene además muy bonita letra, y buena ortografía, según se puede apreciar en una carta que le escribe a César. Da más bien la sensación de alguien cuya vida se rompió y cayó en decadencia. Como si el doloroso encierro de su hermano lo tuviera preso a él también. "Es muy efectivo cómo está tejido, las prisiones no necesariamente son de concreto", dijo alguien"construye un cúmulo de emociones muy complicado."

 "Qué bonita fotografía tiene el documental", comentó una asistente a la función, a la que también asistió Alex Pedraza, quien fotografió la parte que se filmó en Ciudad Juárez, por ejemplo la llanura desértica y los lejanos atardeceres metálicos en los que algo perdido busca Sergio Fierro, a quien fueron a encontrar en una esquina vendiendo dulces en el semáforo. "Sigo con los fantasmas de este documental. Yo también soy de Juárez.", dijo Alex sobre su experiencia en Los años de Fierro, el primer documental profesional en el que participa. Las entrevistas dentro de la cárcel fueron fotografiadas por María José Secco, quien ya había trabajado con Esteinou en su ópera prima.

Al preguntarle a Santiago si el documental de Werner Herzog, Into the Abyss (2011), fue una influencia para este trabajo, él comentó que, de hecho, Herzog "estaba filmando al mismo tiempo" que él, pero terminó de editar con mayor velocidad. "¿Era fácil entrar a la cárcel?", preguntó alguien desde el público. "Siempre que seas un medio de comunicación te autorizan entrar durante 50 minutos cada 90 días. A nosotros nos costó un poco más de trabajo que entendieran que el Imcine, aunque no es un periódico, es el instituto que nos estaba avalando." Pero finalmente, con ayuda del Consulado mexicano, lograron obtener los permisos, y realizaron seis visitas "hasta que se volvió muy tenso" el proceso para entrar. "El sistema es muy eficaz, porque como medio de comunicación tienes que poner las cámaras y micrófonos antes de empezar la charla, y el tiempo se acaba muy rápido", explicó Santiago, y los tres meses que transcurren entre cada visita dificultan que se forme una relación. Después de varias visitas, los funcionarios de la Polunsky Unit del Texas Department of Criminal Justice empezaron a obstaculizar la entrada de Esteinou y su equipo. "Logramos hacer una última visita" con la ayuda del cónsul mexicano.

"¿Hay algo que te dejó este documental, algo personal?", preguntó un joven. "César es un amigo", comenzó Santiago, enumerando lo que venía a su mente, "nos escribimos cada mes. Creo que no es culpable. Se aprende de él, no sé bien qué, pero te cambia". Casos como este se convierten en un llamado para quien los atiende. Ir a echar un vistazo en un lugar como la cárcel nunca se queda en un vistazo, sino que te llama. Un caso como el de César Fierro es tan indignante, tan apremiante, que lo difícil es pasar a otra cosa. Se convierte en misión. "Sí se vuelven parte de tu vida, hacer un documental no va a ser rápido, se desarrolla una relación", dice Santiago, "Te acabas volviendo el perico que sólo habla de eso."

"¿Por qué tanta saña contra César Fierro en particular? ¿Por qué él?", seguramente una pregunta que el mismo Fierro ha hecho tantas veces. "No creo que sea en particular contra él, era facilidad para resolver un caso", respondió Esteinou, y alguien más añadió, "Es un problema de no reconocer que el sistema es fallido".
     "¿Y el gobierno mexicano, qué ha hecho?", dijo una. "A nivel macro, el gobierno mexicano no ha hecho nada" desde que ganó el Caso Avena. "Pero el primer país que llevó un grupo de casos como este y ganó el juicio fue México. Como resultado, ha bajado el número de sentencias injustas de mexicanos y se ha reforzado la asistencia consular también", explicó Esteinou. Sin embargo, no se ha ejercido mayor presión a Estados Unidos. "Por ejemplo, Florence Cassez, inocente o culpable, salió de la cárcel porque el presidente francés se puso muy cabrón con el presidente mexicano", remató alguien. Pero en el nivel más cotidiano, Santiago habló del excelente trabajo que desempeñan el cónsul que aparece en el documental, "y una señorita del Consulado que trabaja muy eficientemente y con gran entrega en el caso de Fierro". Estas personas lo visitan una vez al mes en la prisión, sin falta, le llevan alimentos y ropa, y lo que pueden aportarle, y para César estas visitas son importantísimas porque lo ayudan a soportar su tormento cotidiano.

Una asistente que viene mucho al cineclub hizo una interesante reflexión, "Hay una similitud en cómo vive César en la cárcel y cómo vive su hermano Sergio, que aunque supuestamente es libre, como cuando aparece acostado en el pasto de un parque arbolado o mirando a lo lejos en medio del vasto páramo, aunque puede hacer lo que quiera cada día, está atrapado en la indigencia y no puede hacer nada para cambiar sus circunstancias. Sueña con lo imposible igual que su hermano. Está preso en una cárcel biopolítica, lo oprime un poder sutil que no es literal pero que lo controla aunque cree que es libre." En efecto, la vida de Sergio Fierro es de algún modo un espejo del encierro de su hermano, la herida que no cierra, el eterno pendiente, y quizás un sentimiento de culpa que lo paraliza. "Tal vez él mismo no se da permiso de seguir adelante mientras su hermano esté encarcelado", dijo alguien. "El hermano es de alguna manera culpable, según entiendo", añadió otro, "César fue a visitarlo a él a la cárcel cuando lo arrestaron", y en la sala alguien comentó, "Yo siento que el hermano (Sergio) y Olague (el que acusó a César del asesinato) cometieron el crimen".


En este momento intervino Esteinou, "La intención no es saber quién fue. Se trata de hacer una reflexión sobre lo absurdo del caso y de la sentencia de César Fierro." El documental desenmascara un sistema que comete errores fatales y no los corrige, y también alerta sobre un sistema de justicia increíblemente cruel de un país que no respeta los derechos humanos ni los acuerdos internacionales, y que, por lo menos en este caso, lo hizo con ayuda de la policía de Ciudad Juárez. "Yo creo que les quitan lo humano a las personas, ¿tú crees que si sale de la cárcel se podrá recuperar?", preguntó uno. "Él tiene ganas de salir", respondió Santiago, "ojalá en algún momento se den las condiciones para que se revise su caso".
     "¿Crees que este documental ayudará a que eso suceda?" Santiago eligió cuidadosamente sus palabras: "Creo que podría ayudar".

Por último, este documental sirve como alerta para aquellos que consideran que en México debería existir la pena de muerte, como el ridículo partido "verde" que la promociona, pues devela los estragos y los grandes fallos que genera esta mentalidad, en contraste con los recursos que podrían destinarse a la prevención de la violencia y el delito, a la reinserción social, a la construcción de una sociedad más equitativa, humanitaria y educada.

Si usted desea obtener más información sobre el caso de César Fierro, puede visitar el sitio: http://www.cesarfierro.info/

¿Qué piensa usted de todo esto?
Bienvenidos sus comentarios a esta entrada.
Grite Fuerte.

Fuentes:
1. http://www.proceso.com.mx/?p=362596
2. http://www.elccc.com.mx/sitio/index.php/produccion-filmica/2000-2009/2008/614-dolor-cronico
3. http://www.informador.com.mx/internacional/2014/508536/6/caso-avena-ampara-a-mas-de-50-mexicanos-sentenciados-en-eu.htm
4. https://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Avena
5. http://aristeguinoticias.com/2201/mexico/que-hizo-edgar-tamayo-y-por-que-sera-ejecutado/


domingo, 20 de septiembre de 2015

Jueves 24: Los años de Fierro



Amigas y amigos,


Les presentamos un documental nominado a varios premios incluyendo el Ariel, que cuenta la historia de un mexicano que ha estado condenado a muerte en Estados Unidos por más de tres décadas a causa de un crimen que, según indican las evidencias, no cometió.

La película se llama Los años de Fierro, y su autor, Santiago Esteinou, nos acompañará para charlar sobre la realización de este valiente trabajo sobre un hombre que ha perdido su vida atrapado en un sistema de muerte que lo reclama sin razón aparente.

Vengan a gritar fuerte a esta proyección de cine-debate: 

Los años de Fierro
(Santiago Esteinou, 2013, México, 105')

jueves 24 de septiembre 
20:00 
en nuestra sede habitual
Pandeo DF
Miami 27, col. Nápoles, México, DF

Entrada libre

Invitado especial: Santiago Esteinou


sábado, 19 de septiembre de 2015

La basura en México, seis cortometrajes

por Lila Nieto
Butacas: 5

De nuevo el diluvio nos dio la bienvenida a la función del jueves, a la que llegaron cinco valientes personas a enterarse de lo que sucede con la basura que desechamos a través de seis cortometrajes:

1. Pepenadores (anónimo, 1981, México, 7')
2. La ruta de la basura (programa DespertarEs México, EfektoTV, 2010, México, 21')
3. Los niños del Bordo (Yohali Reséndiz y David Gutiérrez, 2014, México, 10')
4. El gran Chatarral (Jorge Hérnandez, 2012, México, 11')
5. El Recicleishon (Alexis Astorga, 2013, México, 4')
6. Orquesta Basura, música del reciclaje (Diego Gallegos, 2011, México, 5')

Realmente no sucede mucho con nuestra basura -las más de 13,000 toneladas diarias que se generan en el Distrito Federal y área metropolitana-, sólo se amontona en grandes trailers que luego la llevan a seguirse amontonando en gigantescas montañas pestilentes en las que, probablemente, así como se veía en las imágenes, lo que más predomina es el plástico de todo tipo. El plástico que va a sepultarnos, según parece, porque además resulta que reciclarlo contamina de nuevo. "Estamos consumiendo puras cosas visuales", comentó uno desde el público, "todo lo que compramos es por el empaque; que el empaque esté chingonsísimo aunque tenga una caquita adentro". Otra comentó, "Las empresas están empeñadas en seguirnos llenando de empaques y contaminantes", a lo que respondió el primero, "Un amigo tiene una imprenta, tiene máquinas enormes porque imprime cajas, se dedica a eso, a los empaques, y lleva los últimos diez años viviendo de eso, porque lo que le deja ya no es la impresión de textos o papel, sino las cajas."

El Distrito Federal ni siquiera tiene un área para la basura, los basureros de nuestra ciudad siempre han estado fuera de ella. Hay siete puntos de depósito en la actualidad: San Juan de Aragón y Santa Catarina en la autopista México-Puebla; La Perseverancia, en Cuautla, Morelos, así como el sitio Bicentenario en Cuautitlán, El Milagro en Ixtapaluca y La Cañada en Tepotzotlán, Estado de México. La "basura orgánica" es enviada al Bordo Poniente o Bordo de Xochiaca entre los límites de ciudad Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, Estado de México.

PAG-9-ELIDETH-FERNÁNDEZ_Bordo-de-Xochiaca_6En los centros de transferencia de las delegaciones, los camiones llegan cargados de basura de sus recorridos por las colonias y, así como vienen los bultos, todo mezclado aunque se separe en las casas, se van en los trailers -a cada uno le caben unas 19 toneladas de basura- directo a los tiraderos que, en lugar de ser centros de separación, reciclaje y compostaje, son grandes terrenos a cielo abierto con cerros de inmundicia de 17 metros de altura, sin horizonte, sin infraestructura alguna, en el que trabajan miles de personas -familias enteras- en uno de los cinturones de miseria más dramáticos de nuestra sociedad, pepenando lo que encuentren para sobrevivir cada día, y que sufren serios problemas de explotación, desnutrición y salud. Aquí trabajan también cientos de caballos que viven en condiciones de maltrato severo, grave desnutrición y que trabajan larguísimas jornadas hasta que literalmente se caen muertos. Según la Fundación Internacional Franz Weber (FFW), que dirigió en 2012 una campaña para erradicar la "tracción a sangre" en América Latina, las condiciones de vida en el basurero del Bordo de Xochiaca -que debía cerrar en el 2005- son "lo peor de lo peor".

Se supone que el tiradero de Bordo Poniente, de 700 hectáreas y que operó durante 26 años, ya se cerró desde diciembre de 2011, y se construyó un lindo parque encima. Pero... si la FFW visitó este lugar en 2012, pues ya no entiendo nada. Ha sido muy difícil encontrar información para hacerse el mapa de la basura en México. Después de muchos años de presiones y vaivenes, hoy se aprobó el proyecto para construir ahí, encima del inmenso relleno sanitario de más de 15 metros de profundidad, un centro de captura y aprovechamiento del biogás que producen los desechos para generar electricidad. A ver si es cierto.

"El negocio no es de los pepenadores, el jodido siempre va a estar jodido ahí", comentó uno recordando el cortometraje anónimo que encontramos, Pepenadores (1981), que cuenta la historia del basurero de Santa Cruz Meyehualco, Iztapalapa, que se cerró en 1983, dos años después del gran incendio en el que "las flamas alcanzaban más de 20 metros de altura". Este basurero, que contaba con casi 200 hectáreas de terreno, era controlado por Rafael Gutiérrez Moreno, llamado el Rey de la Basura, quien habiendo nacido en ese entorno, se hizo líder de los trabajadores de limpia a los 19 años, en 1967, y no soltó el poder nunca más. Este personaje, que según parece "violaba a cuanta mujer se le cruzara en el camino", incluyendo a la madre y la sobrina de su última esposa, también esclavizó a los pepenadores. Les cobraba cuotas, tenía guardias que los vigilaban y los golpeaban, los amenazaba con matarlos si no le regalaban a sus hijas. También corrió a los campesinos de un área para construir una mansión de dos kilómetros cuadrados. Y fue diputado del PRI. Repito: fue diputado del PRI.

El tipo -que según dicen tuvo más de 50 hijos reconocidos con 26 esposas, la última de las cuales lo mandó matar después de años de abuso- engendró a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el llamado Príncipe de la Basura, digno hijo de su padre, quien además de haber heredado el cacicazgo de ese gremio y, supongo, las propiedades y cuentas bancarias de su papá (a menos que las haya tenido que repartir con el resto de sus hermanos y hermanas), llegó a ser el presidente del PRI-DF, en cuyas oficinas dirigía y se servía de una red de prostitución de mujeres.

Los comentarios que surgieron en el debate dan la sensación de indefensión, de impotencia. "¿De qué sirve separar la basura desde tu casa si la vuelven a mezclar en el camión de basura?" Esta pregunta nos la hemos hecho tantos, pero siempre se vuelve a la misma respuesta: dejar de hacerlo tampoco resuelve el problema. Los trabajadores de limpias no sólo carecen de capacitación, ni siquiera cuentan con guantes y tapabocas. Pero es una pregunta obligada y lleva inevitablemente a la siguiente pregunta que también nos hemos hecho tantos, ¿de qué sirven los esfuerzos que pueda hacer cada persona en su vida si las autoridades deshacen ese esfuerzo? "Es cierto que el gobierno tiene una gran responsabilidad", dijo alguien, "pero las empresas sólo piensan en cómo hacer lo que hacen y no en deshacerlo". El término para esta actitud es "externalidad", y lo aprendí hace años viendo un documental que se llama La corporación (Mark Achbar y Jennifer Abbott, 2003), en el que un empresario redimido explica su significado: una externalidad es todo aquello que, en realidad, es tu responsabilidad resolver, pero que mejor lo dejas para que alguien más se encargue de ello, aunque no sepas quién ni cómo va a hacerlo. Una empresa investiga y adquiere la tecnología para producir plástico, por ejemplo, pero no se ocupa de lo que sucede con el plástico que produce, ni se ocupa de los desechos tóxicos que tira al drenaje o directamente al río porque "ese no es su trabajo". 

Lo terrible es que, en esta sociedad de consumismo, todos vivimos bajo la premisa de la externalidad. Nosotros tiramos nuestra basura y a ver quién se encarga de ella. ¿Y cuál es la solución en este país en donde las autoridades son sordas y corruptas? Además de sacarlos a patadas, parte de la solución es dejar de consumir productos contaminantes. "Y este cambio de paradigma es una cosa bastante radical", dijo alguien, "porque requiere un esfuerzo muy grande, requiere que te prives de muchas cosas". Habría que dejar de consumir todo lo que venga con empaque individual... ya no deberíamos tomar agua embotellada, refrescos, ni comer paletas heladas Magnum, ni Mamuts, ni Mordiskos, ni galletas saladas, ni galletas dulces, ni dulces, ni tostadas de maíz, ni comida chatarra de ningún tipo, y tendríamos que renunciar a pedir del restaurante "para llevar" en recipientes de unicel y plástico, y a pedir comida desde casa, y a comprar vasos, platos y cubiertos de plástico para las fiestas... realmente deberíamos de renunciar a gran parte de la vida que llevamos, y hacerlo implica ir en contra de la corriente, lo cual lo dificulta más. Si lo pensamos, todas esas tonterías no tienen valor, podríamos tranquilamente renunciar a ellas, pero la vida que llevamos las pone enfrente y nos quita el tiempo para preparar la vida, para pensar. Entonces, el gobierno tiene mucho de responsabilidad, las empresas tienen mucho de responsabilidad, pero los consumidores la tenemos también. "Lo que debemos hacer como consumidores es reducir al máximo la cantidad de desechos que tiramos."

Los tres últimos cortos que vimos tratan sobre personas que hacen arte con basura: un chacharero que ha construido su casa y se ha hecho un modo de vida creando piezas artísticas con basura, y dos bandas de música que utilizan basura para hacer instrumentos. "La Orquesta Basura ya la conocía, son un circo, echan desmadre bien chido. En el MUJAM era de ley que estuvieran ahí", dijo un participante. "Los chavos de El Recicleishon son una solución para su barrio", dijo otra, "es un punto de partida" dedicarse a algo creativo. "La banda ñera luego ya te topa y te respeta, hasta se quieren hacer tus compas", remató alguien más. "La creatividad salva, pero no a todos", dijo otro, "hay a quien le gusta eso del vicio, no?" Alguien dijo, "A nosotros nos va a tocar hacer algo con tanta basura". Hay bandas de música que hacen sus instrumentos con ella, porque abunda, esos grupos son, además de un ejemplo de creatividad y una forma de concientizar a la población, una manifestación de su tiempo, de nuestro tiempo. "Yo supe de un güey que sacó un varote, como treinta mil pesos, de llenar la azotea de su casa con latas de cerveza". "Nomás que hay que tener toda una azotea, chupar mucha cerveza, y tener mucho tiempo para juntar eso", dijo otro. "También hay uno que hace páneles de construcción con las etiquetas de los envases de PET, pero su problema es que no consigue la materia prima tan fácilmente, porque no se separa, y además es feo pensar que su negocio depende de que se sigan produciendo esas etiquetas".

Siguieron los comentarios de impotencia: "¿Vieron las margaritas que crecieron en Fukushima?", dijo alguien para rematar, "están rarísimas, son como de otra especie totalmente distinta, parecen como de Mario Bros... igual y estamos llegando a tanta mierda que va a haber otro tipo de vida que surja de eso, porque la vida sigue." La vida sigue a pesar de nosotros, que en un siglo y fracción hemos dado al traste con millones de millones de años de creación y evolución. Independientemente de la conciencia que podamos adquirir los ciudadanos y de las costumbres que podamos cambiar, estos esfuerzos son como sacar agua a cucharadas de un barco que se hunde. Hay que tapar la fuga grande. Y eso necesariamente supone la participación de las autoridades que regulan la actividad de las masas. No podemos cambiar nuestra situación con ellos en contra. Las autoridades que tenemos deben largarse del planeta, y deben asumir la responsabilidad gentes que sirvan para algo distinto que robar e ignorar la realidad y el bien común.

Cerraré esta entrada con una luz de esperanza, que es el caso de Colombia, para entender que el cambio de paradigma sí es posible, pero es necesaria la participación de las autoridades. Colombia cuenta con el primer caso de éxito en el cambio de tracción animal a motora en los basureros, con el que jubilaron a 300 caballos en la ciudad de Medellín en dos años y medio, y en Bogotá, el mayor ejemplo de todos a nivel mundial, sustituyeron en menos de un año 3000 caballos e integraron un programa de contención social para las familias de los pepenadores que ha dado resultados rápidos y favorables. En un año, 60 mil niños dejaron de trabajar en las calles gracias a este programa. Además, las autoridades echaron a andar un programa que incluye campañas de información para que la gente sepa cómo y dónde tirar sus desechos. En fin, se puede todo, con voluntad ciudadana y voluntad política.
Y usted, ¿qué va a hacer con su basura?

Bienvenidos sus comentarios a esta entrada y... Grite Fuerte.


Fuentes:
http://elpais.com/diario/1987/03/24/internacional/543538833_850215.html
http://mexico.cnn.com/nacional/2011/12/19/la-ciudad-de-mexico-cierra-el-tiradero-de-basura-mas-grande-del-mundo
http://mexico.cnn.com/nacional/2012/01/04/el-df-batalla-para-distribuir-12600-toneladas-de-basura-diarias
http://www.milenio.com/df/ALDF_a_prueba_sistema_PPS-sistema_PPS_para_financiar_captacion_de_gas_en_Bordo_Poniente-PPS_para_financiar_obras_de_Circuito_Interior_0_316168619.html
http://www.miambiente.com.mx/sustentabilidad1/mexico-un-inmenso-basurero
http://www.24-horas.mx/bordo-de-xochiaca-lo-peor-de-lo-peor-fotos/
http://www.alamedaoriente.df.gob.mx/index-2.html

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Jueves 17: La basura

Amigas y amigos,

¡Vengan a enterarse de lo que pasa con nuestra basura!

Mañana, jueves 17 de septiembre de 2015, les presentamos el inicio de un ciclo titulado Medio Ambiente: Ciudades Insustentables, que se presentará el tercer jueves de cada mes de septiembre a diciembre de este año.

El tema de la primera función será LA BASURA EN MÉXICO. Veremos seis cortometrajes que tratan este tema en México.

No se lo pierdan, es entrada libre y ofrecemos servicio de bocadillos.

Los esperamos a las 20:00 en nuestra sede, la casa Pandeo:
Miami 27, col. Nápoles, atrás del WTC, México, DF.
¡Griten Fuerte!


lunes, 14 de septiembre de 2015

Tepenené, la historia contada por su gente

por Lila Nieto

Butacas: 25
Registro fotográfico: Gabriela Nápoles

Ayer, domingo 13 de septiembre, tuvimos una experiencia intercineclubista interesante, en la que nos juntamos El Grito Cineclub y El Cine Independiente -ambos del DF-, y Cinema Otokani -tan itinerante que no se sabe de dónde es- en el pueblo de San José Tepenené, Hidalgo. Se trató de la proyección del documental Tepenené, la historia contada por su gente (Siu Yin Zarco Luna, 2015, México, 107').



El documental fue realizado por una cineclubista de larga trayectoria, Siu Yin Zarco Luna, quien pasó los años de su primera juventud itinerando por los pueblos de México en su camioneta y cargando su equipo de proyección para ofrecer funciones de cine en todos los rincones que se encontraba a su paso. Su proyecto se llama desde entonces Cinema Otokani, que en náhuatl quiere decir caminante, y con el cual también ha visitado cárceles y escuelas. Por razones del destino y una voluntad incansable, Siu Yin se fue -con su esposo y su hijo- a vivir a un pueblo perdido en la zona de El Arenal, cerca de Pachuca, Hidalgo. El pueblo de raíces otomíes se conoce como San José Tepenené, pero oficialmente es el Ejido de Tepenené, sin el San José, que se le quedó pegado porque era el nombre de la hacienda que allí había.

Siu Yin encontró en este lugar una tierra fértil para su trabajo, para su vocación de educar y organizar. Inmediatamente instaló su cineclub en la pequeña biblioteca a la entrada del pueblo, en donde fue reuniendo a los niños de la comunidad, y a algunos padres de familia y maestros de la escuela 20 de Noviembre. Su labor culminó con este documental que descubre la historia del pueblo a través de una serie de entrevistas hechas por niños de 1º de primaria y sus visitas a los lugares emblemáticos de Tepenené. Ahora nos tocó a las cineclubistas del Distrito Federal hacer el viaje hasta allá, como Siu Yin aún suele hacer, portando el espíritu del viajero cineclubista.

El documental es una importante labor de rescate de la memoria histórica de Tepenené, y dio sorpresas a algunos de los lugareños, "Esta fue una lección de historia", comentó el encargado de las fiestas patrias 2015, pero el comentario que mejor ilustra esto es el que hizo la señora Mati, amiga cercana de la autora del filme, que no sabía que su mamá habla la lengua otomí, y lo descubrió en una escena en la que la señora aparece enseñando palabras a los niños y cantando una canción de su infancia -bellamente entonada- que cuenta sobre los vaivenes del corazón de una muchacha del campo. "Voy a tener que ir a hablar seriamente con mi mamá", dijo Mati con grandes ojos de sorpresa y una sonrisa enorme, "¡Nunca me había dicho, nunca nos enseñó ni una palabra!"

Lo triste es que Siu Yin y su familia no pudieron asistir, porque su espíritu viajero los tiene ahora fuera de México, y poca gente se enteró de la función. Tal vez se puede repetir la función en la biblioteca, donde Siu organizaba su cineclub y que fue la primera institución educativa del pueblo, para que todos puedan acudir a ver este documental, que fue hecho con ellos y para ellos, que rescata su historia, y que es también un homenaje a la comunidad.


Aún así, asistieron alrededor de 25 personas, varios de los cuales eran niños que también estudian en la escuela 20 de noviembre. En el documental se cuenta que antes no había una escuela ahí, y que los niños tenían que recorrer una larga distancia para acudir a estudiar. Después de la revolución, cuando la tierra se repartió como ejido, los pobladores construyeron con adobes un salón, en donde hoy está la biblioteca, y lo nombraron Casa Escuela. "Había una maestra en ese entonces", cuenta un abuelo en la pantalla, "que se levantaba muy temprano para hacer atole de arroz, atole de avena, para darles a los niños de desayunar." Cuando se abrió aquella escuelita, el terreno tenía una parcela grande donde la gente sembró fruta, "Había higos, uvas, manzanas peras..."

En este documental, cuyo propósito es esencialmente educativo, se pueden aprender muchas de las plantas medicinales de la región, el nombre de todos los cerros que circundan el pueblo -Los Frailes y Las Monjas, entre otros-, el proceso para extraer el aguamiel, palabras en otomí, la participación de los bisabuelos en la Revolución, canciones tradicionales, cómo trabajaban las parteras, los mineros, cómo se hace barbacoa de hoyo, qué comían los antepasados, cómo se vestían, cuáles eran sus juguetes, cómo hacer tabiques, cómo hacer una resortera, y muchos temas más que construyen la riqueza cultural de Tepenené, que significa "según dicen, niño de roca."

Ya entrada la noche nos volvimos a nuestra ciudad. La noche nos perdonó la lluvia y el camino despejado nos trajo aprisa pero sin prisa, comentando la aventura de la tarde.

Les compartimos aquí el documental completo:

Tepenené, la historia contada por su gente


Bienvenidos sus comentarios a esta entrada. ¡A seguir gritando!